Tal el subtítulo de este nuevo libro cuya reciente aparición del tomo 4 ha completado la serie FOTOGRAFÍAS Y FOTÓGRAFOS EN URUGUAY 1870-1930 (Edición de Torre del Vigía y Linardi & Risso libros, Montevideo, 2023).
Se trata de una obra en cuatro tomos dedicada al estudio de la historia y evolución de la fotografía en los dieciocho departamentos del interior del Uruguay (fuera de Montevideo), en una etapa crucial como fueron los sesenta años entre 1870 y 1930.
El subtítulo “Arte y parte de los antiguos fotógrafos” toma en cuenta el desarrollo del arte fotográfico a la vez que la creatividad e imaginación que hubieron de desplegar los primeros operadores para atraer a la clientela. “Partes” en sentido figurado para llamar la atención y convocar a la gente a sus galerías fotográficas.
Los cuatro tomos en conjunto representan un trabajo de investigación cumplido a lo largo de más de 30 años, desde el lejano 1989 en que, como presidente del Foto Club Uruguay, me comprometí a organizar los festejos del sesquicentenario de la invención del daguerrotipo y los coincidentes 50 años de vida del Foto Club Uruguayo.
Fueron años de investigación en archivos fotográficos, intercambio con investigadores de Argentina, Chile y Brasil, búsquedas en direcciones departamentales de Cultura, y museos regionales, contactos con coleccionistas de fotografías (algunos abiertos y participativos y otros muy celosos de mostrar su acervo), entrevistas a fotógrafos y sus descendientes (necesarios para darle vida a las historias), visitas a familias de larga tradición que podrían conservar álbumes y buena memoria para reconstruir el devenir de las localidades. También y fundamentalmente las fotografías antiguas que he ido obteniendo para mi propia colección, adquiridas en la Feria de Tristán Narvaja y otras ferias regionales. Y las más de las veces en las casas de antigüedades, al punto que si deseaba obtener daguerrotipos, retratos en viejos formatos o postales de época, ellas eran el destino más frecuente para obtenerlas, puesto que al fallecimiento de una persona las compraban para revender.
También he recurrido a los trabajos de investigación realizados por el Centro de Fotografía de Montevideo (CdeF), cuya fecunda actividad ha encarado el rescate y conservación del patrimonio fotográfico y su estudio en profundidad relacionado con los usos sociales de la fotografía.
Y, por último, he completado la investigación –una tarea apasionante– a través de búsquedas en las hemerotecas de la Biblioteca Nacional y de las bibliotecas y museos departamentales. Esta revisión, realizada con rigor y con la colaboración de investigadores contratados al efecto, me llevó a la consulta de viejos periódicos y revistas ilustradas de la época, para visualizar la actividad de los antiguos fotógrafos y sus formas y creatividades al hacerse anunciar y despertar el interés de los clientes.
Logré así admirar su ingenio publicitario en tiempos en los que no se hablaba de marketing, dando a conocer su estadía, su arte y sus precios módicos a través de avisos publicados en los diarios al llegar a cada pueblo o ciudad. O, a veces, en recorridas ambulantes por villas y estancias. Y su posterior y paulatina vinculación con las localidades hasta incluso radicarse en el lugar y en algunos casos volverse un vecino más. Pero siempre con el halo de magia que les confería su condición de creadores de imágenes que se escondían tras un paño negro para enfocar las figuras y los rostros y dejarlos estampados para siempre sobre una lámina de papel. Porque por entonces tener un retrato era una forma de sentirse uno mismo y proyectarse a los demás. Lo que tenía que ver con la necesidad de cada persona de verse reflejada, una pálida suerte de alcanzar la inmortalidad.
Como dijimos la obra se desarrolla en cuatro tomos:
Tomo 1: departamentos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro.
Tomo 2: Soriano, Colonia, San José, Florida y Flores.
Tomo 3: Rivera, Tacuarembó, Durazno, Cerró Largo y Treinta y Tres.
Y el Tomo 4: Canelones, Lavalleja, Maldonado y Rocha.
El contenido de cada uno de los ejemplares abarca los siguientes temas:
- Mensaje a los lectores.
- Cronología (para ubicar al lector en los hechos más señalados de la historia departamental).
- Panorama de la fotografía en cada departamento y su evolución hasta 1930.
- Selección de hemeroteca (de entre los miles de avisos y artículos seleccionamos los que entendimos más representativos de la actividad y de los usos y costumbres sociales de cada localidad).
- Perfiles biográficos de los fotógrafos más representativos dentro del plazo estipulado.
- Fuentes de la investigación (periódicos y revistas consultadas, entrevistas realizadas, museos y archivos visitados).
Por último, queremos destacar que nuestro propósito es que el libro se constituya en una obra de referencia, pero advirtiendo que su contenido no es ni pretende ser exhaustivo, sino todo lo contrario, busca ser una obra de puertas y ventanas abiertas.
Los avisos transcritos, las entrevistas, las fuentes consultadas buscan ser una muestra que signifique un primer escalón. Nuestra obra pretende eso mismo, ser el primer escalón, el punto de arranque, el motivo impulsor de la curiosidad de los lectores para emprender sus propias investigaciones.
No se agota el tema con esta colección; al contrario, abre pistas para nuevos estudios y es nuestro deseo que avive entusiasmos. Que los datos aportados sirvan para despertar inquietudes o para guiar a los neófitos en esta temática apasionante y les permita a los historiadores de la fotografía tomarlos como base firme para sus investigaciones de archivo o hemeroteca, así como partir de los perfiles biográficos para profundizar en las apasionantes vidas y trayectorias de los primeros fotógrafos.
Por último, volvemos a señalar que los cuatro tomos conforman una unidad y se complementan mutuamente.
* Especial para Hilario. Artes Letras Oficios