Suburbio. Córdoba.

Óleo sobre tela firmado. Medidas: 49 x 59 cm. Obra en excelente estado, enmarcada.

Antiguas viviendas en los suburbios de la ciudad de Córdoba. El paisaje es árido, ningún personaje lo habita, ni ningún ser vivo, ningún árbol, con excepción de los pequeños pajaritos en sus jaulas. El dueño de casa, que imaginamos dentro del hogar por la puerta entreabierta, los sacó para que tomen aire y sol. La escena recuerda los paisajes solitarios, soleados y metafísicos del pintor italiano Carlo Carrá. Al respecto escribe Cayetano Córdova Iturburu: “Los pintores del Novecento —Severini y Carrá, particularmente—, Cézanne y, luego, los cubistas, suscitaron su entusiasmo. De vuelta a la Argentina, en 1938, la realidad cordobesa —su tierra, su luz, sus gentes— lo desconcierta. Siente la necesidad de adecuar sus medios técnicos a esta realidad nueva y se plantea el problema de expresar su visión de este paisaje con un criterio pictórico vinculado a la preocupación clásica de los maestros del Novecento italiano. El primero de los espectáculos que lo conmueve de manera profunda y despierta su interés —al regresar a su tierra— es el de los barrancones desolados y polvorientos de los alrededores de la ciudad de Córdoba. Su versión pictórica de esos barrancones importa una nota de extrema originalidad en la pintura argentina de paisajes. Por ahondamiento en su carácter Fariña transfigura su realidad visible en una realidad poética de punzante severidad. La desolación enrarecida de sus maestros de la pintura metafísica se une en estos cuadros a una decidida voluntad constructiva y a un color severo en el que predomina la gravedad de los ocres y los pardos.” (1)

Farina (1912 - 1988), artista cordobés, inició su formación bajo la guía de Carlos Camilloni en la Academia Provincial. En 1930 viajó a Italia y siguió sus estudios en Turín con Teonesto Deabate. Allí conoció a Santiago Cogorno, con quien estableció una amistad. Perteneció a la “Generación del ‘40”, junto a Horacio Álvarez, Alejandro Bonome, José Cárrega Núñez, Egidio Cerrito y Jorge Horacio Córdoba, entre otros. Dio clases en la Escuela Provincial de Bellas Artes “Dr. Figueroa Alcorta” y en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, donde fue maestro de Antonio Seguí. Ganó numerosos premios. En 1944 el 1º Premio del Salón Municipal de Córdoba, en 1948 fue premiado por el Salón Nacional de Bellas Artes Rosa Galisteo de Santa Fe, en 1954 obtuvo el 1º Premio del Salón de Córdoba, en 1960 el Primer Premio del III Salón Ika, y en 1961 los premios Acquarone y Wortheim.

Notas:

1. Cayetano Córdova Iturburu. 80 años de pintura argentina: del pre-impresionismo a la novísima figuración. Buenos Aires, Ediciones Librería la Ciudad, 1981. Pág. 85.