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Poncho estilo Pehuenche. Londres, Catamarca. Argentina. Contemporáneo.

De excelente ejecución, la pieza que presentamos ha sido tejida con técnica de tejido llano de faz de urdimbre con trama de la misma filatura, empleando lana merino pura, hilada con rueca de mecanizado rudimentario, lo que ha dado como resultado una tela muy fina y suave, pero firme. Los colores fueron obtenidos mediante tinción con colorantes naturales, entre los que podemos apreciar la cáscara de nuez (el denominado forro de nuez) y la grana de cochinilla. Finalmente, se le aplicó el ya mencionado fleco perimetral tejido ad hoc en un telarcillo denominado “flequero”, con los mismos hilos utilizados en la confección de la pieza, lo cual nos habla de su origen pehuenche, parcialidad asentada al oeste y al sur de las tribus ranqueles, más cerca de los faldeos cordilleranos. 


Medidas: largo 176 cm. Ancho: 144 cm.

 

Doña Selva Díaz, la gran artesana catamarqueña, emprendió hace un par de décadas la tarea de mantener viva la tradición textil ranquel y pehuenche a través de sus ponchos. Y nadie mejor que ella para esa labor pionera, habida cuenta de su maestría en el uso del viejo telar de pedales, esa adaptación americana de los aparejos europeos llegados desde los tiempos de la conquista.

 

Estas prendas textiles han constituido desde siempre una incógnita, no en cuanto a su diseño ornamental, sino en lo atinente a su estructura. En tanto que en los toldos ranqueles se tejieron a cuatro bordes, en dos paños, con o sin fleco perimetral aplicado – como en el Alto Perú-, o en dos paños con dobladillo en los extremos y fleco perimetral -como los ponchos criollos del Noroeste Argentino-, sus vecinos pehuenches los tejieron de un solo paño –como los mapuche- pero con fleco perimetral como los altoperuanos y los criollos. Respecto del diseño ornamental, tanto unos como otros utilizaron las calles de listas, anchas, de colores diversos.


En cuanto a la dispersión geográfica ranquel, Lucio V. Mansilla comentaba en 1870 en su libro Una Excursión a los Indios Ranqueles: “(…) son tribus de indios araucanos, que habiendo emigrado en distintas épocas de la falda occidental de la cordillera de los andes a la oriental, y pasado los ríos Negro y Colorado, han venido a establecerse entre el río Quinto y el río Colorado, al naciente del río Chalileo.” 


Dejando de lado la mera descripción técnica de esta pieza textil, lo realmente atrapante es bucear en sus orígenes tratando de hallar una explicación debidamente documentada de tal translocación cultural: un poncho del sur con visibles características del norte “(…) y aunque a simple vista pareciera que se tratara sólo de una pieza muy bien tejida, se esconden en su estructura detalles reveladores de la presencia de diferentes tradiciones textiles. En una misma prenda encontramos características de tejido sureño combinadas con otras asociadas a la tejeduría de regiones ubicadas más al norte e, incluso recursos textiles criollos inmiscuidos en la pieza (…) todos estos detalles refieren a distintas tradiciones textiles que se combinan y superponen en un mismo poncho, haciendo de él una prueba palpable de mestizaje cultural”. (1)

 

Notas:

1. Claudia Caraballo de Quentín, Arte de las Pampas en el Siglo XIX. Ed. Lariviere. Buenos Aires, 2010, Pág. 86.


LOTE 81
PRECIO BASE U$S 700

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