Gaucho mulato. 1971.

Acuarela y tinta sobre papel, firmada y fechada: “IX-71”. Medidas: 46,2 x 33,2 cm. Obra enmarcada, en excelente estado. 

Gaucho mulato acodado al mostrador de una pulpería. De pies a cabeza, luce botas de potro -con ligas-, espuelas de hierro y chiripá. Una gran rastra con monedas de plata a modo de botones y una flor de lis al centro, sujeta a la cintura un gran facón, del que vemos la empuñadura y la puntera. Chaleco, camisa blanca, pañuelo celeste y sombrero panza de burro. De su muñeca pende un rebenque de argolla, como de su comisura, un cigarro. La clásica pulpería, enrejada. A su lado y sobre el mostrador, un vaso de vidrio de “culo grueso”.

Pintor de notable calidad técnica y profundos conocimientos sobre nuestra vida rural y sus personajes, Rodolfo Ramos (1937 - 2024) nos acompañó en diversas actividades; por ejemplo, ilustró especialmente las letras capitulares del vocabulario que publicamos en el libro “El Apero Criollo. Arte y Tradición”. Además, su obra fue exhibida en la exposición “América Tierra de Jinetes” (México y Chile) y reproducida en su monumental libro de similar título. 

Como lo expresara el Museo Las Lilas, donde presentó sus obras en dos ocasiones, “desde muy corta edad manifestó facilidad y gusto por el dibujo y, también, por la vida del campo que frecuentó en los veranos que pasaba junto a su familia en una estancia de Pedro Luro.

Ramos estudió con pasión la vida y costumbres del gaucho y del caballo criollo para reflejar con fidelidad la esencia de nuestras tradiciones. El paisaje pampeano, la inmensidad de la llanura, el caballo, el viento, son presencias características en sus pinturas.

Si bien tomó clases de pintura con el pintor santiagueño Gaspar Besares Soraire, su formación fue autodidacta. Desde su casa taller en Santa Coloma, pueblo rural a mitad de camino entre Baradero y San Antonio de Areco, continuó alimentando sus fuentes de inspiración.”

Sin duda, una obra que merece ser celebrada en un hogar que ame nuestras tradiciones.