Faja zapoteca. Etnia Zapoteca. Santo Tomás Jalieza, Estado de Oaxaca. México. Segunda mitad del siglo XX.

Pieza tejida en telar de cintura, a faz de urdimbre suplementaria, con hilado de algodón criollo teñido con colorantes vegetales para la base y de color natural para su diseño ornamental, cuyo mayor grosor otorga un efecto tridimensional a los dibujos de figuras zoomorfas, entre los que se observan distintos animales, entre ellos una cigüeña, y figuras antropomorfas, femeninas y masculinas con tocados ceremoniales.  

Medidas. Largo: 134 cm. más flecos asimétricos.  Ancho: 6,5 cm.

Santo Tomás Jalieza es un pequeño pueblo de tejedores, distante 25 km de la ciudad de Oaxaca. Su nombre parece derivar del zapoteco xana (abajo) y lieza (iglesia), “debajo de la iglesia” en referencia a la mayoría absoluta de devotos católicos en la comunidad; pero, aunque el santo patrono de la ciudad es Santo Tomás, el pueblo venera al Cristo de Lázaro, o Señor de Lázaro, un Cristo crucificado que lleva alrededor de su torso una faja datada en 1863 y representa la resurrección de Lázaro de Betania, cuando éste se aparece a Jesús envuelto en un sudario y atadas sus manos y pies con fajas, que el Señor manda desatar tras devolverlo a la vida terrena.

Este fenómeno ha sido profundamente estudiado por la antropóloga María del Carmen Castillo Cisneros, quién expresa: “El textil se volvió entonces un objeto-eje sobre el cual era «bueno pensar». Si el textil es una «otra forma de comunicación» que pone sobre la mesa memorias indígenas que reconfiguran identidades actualizando significados; resulta por tanto relevante reparar etnológicamente en ello, en cuanto son narrativas que pueden leerse, reproducirse y también modificarse a conveniencia. En este sentido, me interesa abordar su papel como parte estructuradora de historias contemporáneas que transitan entre tradición y modernidad.” (1)

Nota.

1. María del Carmen Castillo Cisneros, Narrativas del pasado indígena. Editorial Universidad de Salamanca. Núm. 9, 2020, p. 125.