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FOTOGRAFÍA

BAphoto - live 2020

Pórtico incaico del Intihuatana en Pisac. Cuzco, Perú. Circa 1920.

Gelatina de plata virada al sepia -medidas: 21,3 x 16,4 cm-, con sello húmedo, oval, en el reverso: FOTOGRAFÍA DE MAX. T. VARGAS - CALLE DE MERCADERES Nos. 2 y 4 / AREQUIPA / PERÚ y en lápiz, la palabra “Cuzco”. Ejemplar en muy buen estado.


Se considera al Imperio Incaico o Tawantinsuyo el mayor de la América precolombina. Si bien su período de dominación fue muy corto, su enorme extensión abarcó el actual territorio andino de cinco países sudamericanos. Esta avanzada civilización cuyo centro fue el Cusco nos ha dejado una monumentalidad arquitectónica que asombra. 


La conquista y posterior destrucción del incanato por las tropas españolas dejó significativas secuelas, entre ellas la erradicación de sus creencias nativas, acción que provocó la destrucción de sus símbolos "paganos" sustituidos por la fe cristiana. 


En esta desigual lucha de religiones cayeron de manera especial los altares incaicos dedicados al dios sol o Intihuatanas en quechua. Muy pocos sobrevivieron, entre ellos el que se encuentra en el complejo arqueológico de Pisac, a solo 30 kilómetros del Cusco. Dicha escultura fue construida en piedra granito y domina desde lo alto el fértil valle circundante.


Si los incas construyeron piedra a piedra aquel vasto imperio, fueron sus descendientes los fotógrafos nativos quienes mejor interpretaron con sus inspiradas cámaras aquella monumentalidad pétrea. Entre ellos se destacó por su enorme maestría el peruano Maximiliano Telésforo Vargas (1874 - 1959), el renombrado Max T. Vargas. Oriundo de Arequipa desarrolló una extensa carrera tanto en Perú como en Bolivia y fue maestro de otros talentos como el célebre Martín Chambi y los Hermanos Vargas. 


De su ensayo sobre el antiguo Pisac nos llega este magnífico registro, donde simbólicamente, ubicó a un campesino nativo recostado sobre el pórtico incaico de aquella mítica  Intihuatana. La toma en contrapicado resalta el mensaje dedicado a la civilización perdida.


La investigadora alemana Natascha Lara nos informa que, por su valor iconográfico, Vargas decidió utilizar aquella misma imagen para editarla en Alemania -se la registra bajo el número 188454- a través del formato postal y por el proceso color de cromolitografía. Definitivamente estamos frente a una perla de la antigua fotografía andina.

Abel Alexander Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía


ILM

AUTOR/A MAX T. VARGAS
ITEM 20

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