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Experiencias contemporáneas de arte argentino. Nueva exposición del Palais de Glace en el Centro Cultural Borges

Paisaje para una persona, video de Florencia Levy, Sugerencias, óleo de Oscar Pedro Ferrarotti y Canción de cuna, aguafuerte de Eloísa Moras, junto a otras obras en unos pocos metros cuadrados de pared. Fotografía del autor.



Capturado observando Vértigo de Adriana Cerviño, Gran Premio Salón Nacional de Artes Visuales 2001. Foto Romina Santarelli, gentileza Palais de Glace.



Experiencias contemporáneas de arte argentino, en el Centro Cultural Borges. En primer plano la obra de Elba Bairon, ganadora del Gran Premio Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales 2012. Foto Romina Santarelli, gentileza Palais de Glace.



Guillermo Vega Fischer

(Buenos Aires, 1979)


Compositor, pianista, dramaturgo, director musical y teatral, egresado de la Universidad Nacional de La Plata. Dirige junto al artista visual Pablo Archetti la Compañía Canción Nocturna del Caminante con la que estrena óperas de su autoría, como En la colonia penitenciaria, sobre el cuento de Franz Kafka; El infierno musical, sobre el libro de Alejandra Pizarnik; Canción nocturna del caminante y su pálido compañero, sobre canciones de Franz Schubert, y La máscara de la muerte amarilla, sobre la epidemia de fiebre amarilla de 1871 en Buenos Aires.


 Aquí su página con su producción: VER


Dentro del equipo de Hilario se ocupa de la investigación y catalogación, especialmente en las áreas de las artes visuales, fotografía patrimonial, cartografía y literatura.


Por Guillermo Vega Fischer *

El pasado 3 de julio se inauguró en el espacio Bon Marché del Centro Cultural Borges la exposición Experiencias contemporáneas del arte argentino. Se trata de una muestra que exhibe 75 obras seleccionadas de la colección del Palais de Glace. 


Escriben los curadores de la exhibición, pertenecientes al equipo del Palais de Glace, que buscaron «poner el foco en la colección, que se dispone de forma coreográfica. Las obras, provenientes de diversas temporalidades y entornos de producción, se exhiben a modo de una gran instalación, con el objeto de propiciar nuevos cruces y lecturas contemporáneas del acervo». Efectivamente, la exhibición resulta una mirada sobre el patrimonio del Palacio Nacional de las Artes, y a través de este, del devenir de las artes visuales argentinas en el último siglo. 


Obras de cerámica, textiles y esculturas en diversos materiales. En primer plano Situación Mudable de Ariadna Pastorini, Primer Premio Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales 2017. Fotografía del autor.


Conformada como una instalación, la muestra no exhibe las piezas de modo secuencial ni cronológico, sino buscando una inmersión activa del espectador, habitando el aquí y ahora. El montaje instalativo destaca el acto de selección de las piezas presentadas y plantea nuevos criterios y vínculos inesperados entre objetos ya existentes, de ahí la expresión Experiencias contemporáneas del arte argentino para una muestra que recoge obras del pasado. Observamos así un video de Florencia Levy, Paisaje para una persona, Premio Adquisición a la Tercer Mejor Obra Salón Nacional de Artes Visuales 2019, junto a un óleo de Oscar Pedro Ferrarotti, Sugerencias, Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Artes Plásticas 1972, y a Canción de cuna, aguafuerte de Eloísa Moras, Adquisición Salón Nacional de Artes Plásticas 1949; o en otro sector, una escultura de Juan Pablo Marturano de su serie Pliegues y plegarias, Gran Premio Adquisición Salón Nacional de Artes Visuales 2017, junto a la cerámica Jarrón con figuras de Rodolfo Eduardo Curcio, Primer Premio Salón Anual de Arte Cerámico 1966. 


La escultura en granito de Juan Pablo Marturano de su serie Pliegues y plegarias, Gran Premio Adquisición Salón Nacional de Artes Visuales 2017, en diálogo con la cerámica Jarrón con figuras de Rodolfo Eduardo Curcio, Primer Premio Salón Anual de Arte Cerámico 1966.  Fotografía del autor.


Poema, yeso de Eduardo A. Daulte, Primer Premio nacional de Artes Plásticas 1954.  Fotografía del autor.


Desde 1911, el Salón Nacional de Artes Visuales


“Gran Premio de Honor”, “Premio Adquisición”, leemos junto a los títulos de las mayorías de las obras exhibidas. En efecto, el acervo del Palais de Glace está conformado por 1200 obras, en su mayoría, adquiridas por los premios del Salón Nacional, el más antiguo e importante certamen artístico de nuestro país. 


Repasemos su historia. Nació en 1911, bajo el espíritu de las celebraciones del Centenario de la Revolución de Mayo. Durante aquella primera edición, y en las de 1912 y 1913 se llamó Exposición Nacional de Arte, a partir de 1914 y hasta 1943 el certamen se denominó Salón Nacional de Bellas Artes, entre 1944 y 1999 se conoció como Salón Nacional de Artes Plásticas, y desde 2000 se lo llama Salón Nacional de Artes Visuales. Es decir, cada época lo nombró con la nomenclatura académica de moda de su tiempo. También evolucionaron las categorías. Comenzó en sus dos primeras ediciones sólo con Pintura y Escultura. Se sumó Arquitectura en 1913, hasta 1925, y Artes Decorativas, hasta 1919. Se incorporó luego Grabado en 1948, que pasó a denominarse Gráfica en 2022. Y continuaron dibujo en 1951, como “Salón Nacional de Grabado y Dibujo”; Investigaciones Visuales desde 1968 hasta 1971; Arte Fotográfico en 1974, como “Salón Nacional de Arte Fotográfico”, y desde 1986 Fotografía; Arte Cerámico en 1976, como “Salón Nacional de Arte Cerámico”, de 2015 a 2021 Cerámica, y desde 2022 Artes del Fuego; Tapices en 1978, como “Salón Nacional de Tapices”, que en 1982 pasó a llamarse Arte Textil, y desde 2015, Textil. Artes Electrónicas se incorporó en 2000, en 2001 se llamó Instalaciones, de 2002 a 2014 Nuevos Soportes e Instalaciones, y desde 2015 Instalaciones y Medios Alternativos -todo este conjunto podría considerarse la continuación de Investigaciones Visuales- y finalmente se incorporó en 2022 Espacio No Disciplinario. Una nómina que da cuenta de los paradigmas estéticos de cada época, como observamos en la incorporación de la fotografía como arte en el último cuarto del siglo XX, o la de los nuevo soportes  como el arte efímero, la performance, las artes electrónicas o las artes interdisciplinares ya transitando el nuevo milenio; o por el contrario, en el retiro de las artes decorativas y la arquitectura de la órbita de las bellas artes /artes plásticas /artes visuales, evidenciando el malhadado desarraigo de ambas disciplinas de lo estético, sobrevivientes solo en el ámbito de lo utilitario.


La sede de la exposición del Salón Nacional también sufrió numerosos cambios en sus 113 años de vida. Entre 1911 y 1931 las exposiciones del Salón se desarrollaron en la sede de la Comisión Nacional de Bellas Artes, en la calle Arenales. De 1932 a 1954 fue su sede de manera ininterrumpida el Palais de Glace. Entre 1955 y 1960 el Palais funcionó como estudio anexo de los estudios centrales de Canal 7, lo que motivó que el Salón se realizara en otros espacios, en 1956 y 1957 en el Museo Nacional de Bellas Artes, en 1958 en el Congreso de la Nación, y en 1959 en el Honorable Consejo Deliberante de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. En 1960 el Palais de Glace volvió a funcionar como sala de exposición. Desde entonces y hasta el año 2017 inclusive, salvo contadas excepciones, las exposiciones del Salón Nacional se desarrollaron allí. Desde finales de aquel año el edificio se encuentra en obras de restauración, por lo que las sucesivas ediciones se realizaron en el Centro Cultural Kirchner, la Casa Nacional de Bicentenario y el Centro Cultural Borges.


Lonomia oblicua de Adriana Antidin, obra realizada en tela, alambre, aluminio, cuentas plásticas e hilo, de 176 cm. Primer Premio Adquisición Salón Nacional de Artes Visuales 2016. Fotografía del autor.


Se podría decir que toda esta historia del Salón Nacional, que es la historia de las artes visuales nacionales de los últimos 113 años -con sus loables aciertos y terribles errores, centralismos y exclusiones- convergen en la exposición Experiencias contemporáneas de arte argentino. A modo de gran obra coral, cerámicas, esculturas, textiles, pinturas, grabados, dibujos, fotografías y videos conviven y despliegan nuevos sentidos. 


La exposición podrá visitarse de miércoles a domingo de 14 a 20 horas con entrada libre y gratuita en el Espacio Bon Marché del 2do piso del Centro Cultural Borges, Viamonte 525 CABA. Hasta el 1 de septiembre de 2024. 


* De la Redacción de Hilario.



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