Nuestros seguidores lo saben. La noticia recorrió el mundo con una sorprendente saga de artículos periodísticos en agencias noticiosas y en los medios más prestigiosos: el 12 de octubre, junto a Zorrilla Subastas realizamos el primer remate en Montevideo y pusimos a la venta un mecanoscrito original de Julio Cortázar con cuarenta y seis relatos breves de su obra “Historia de cronopios y de famas”. Un coleccionista particular fue el destinatario de este maravilloso hallazgo; incluía siete inéditos y despertó el interés de siete oferentes.
Dado que esa historia, lo expresamos, ya fue muy comentada por la prensa -antes y después de la venta-, ahora queremos detenernos en otro aspecto de aquella primera Subasta de Arte iconográfico, Libros y Documentos históricos. En especial pretendemos sacar a la luz el comportamiento de ambos Estados nacionales rioplatenses. Las autoridades argentinas del Ministerio de Cultura de la Nación, interesadas por el tesoro cortazariano, buscaron arduamente la manera de participar en la subasta y luego de explorar caminos junto a sus pares uruguayos, decidieron hacerlo de modo directo, vía telefónica. Desde la organización del remate me cupo la responsabilidad de allanar la ruta para que esto fuera posible y desde los interesados, encontramos toda la predisposición para cumplir con los requisitos mínimos. Y allí estuvieron al teléfono buscando acrecentar el patrimonio público argentino con tan hermosa pieza literaria. Pero el precio excedió sus posibilidades y no pudo ser. La pronta decisión, el gesto, merece el reconocimiento, lo intentaron y en medio de una situación muy compleja para la economía argentina. Todo es muy meritorio.
En la otra orilla del Plata, el Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay avanzó con su modalidad habitual y a través de un representante, en la sala ejerció el derecho de adquisición para el Estado en cinco lotes; una litografía de Adolphe D´Hastrel -Puerto de Carmelo sobre el arroyo De las Vacas-; un folleto de 25 páginas con la “Esposición (sic) del General D. Juan A. Lavalleja [...]” de 1833, impreso en Buenos Aires; y tres manuscritos históricos, un recibo firmado por el pintor Gaetano Gallino, un conjunto de documentos reunidos en homenaje a Juan Manuel Blanes y un Diario de campaña que testimoniaba la Guerra contra el Imperio del Brasil, incluida la batalla de Ituzaingó.
El devenir de este último lote nos permite comprender la conducta de la República Oriental del Uruguay ante el patrimonio cultural en poder de los particulares. Cuando dimos con el manuscrito en una colección privada montevideana, meses atrás, nos contactamos con una de las máximas autoridades museológicas locales que nos indicó comunicar la buena nueva a la doctora en Historia Ana Frega, una eminencia. Le enviamos la trascripción completa del documento y recibimos todos sus comentarios sobre el manuscrito, incorporando una parte de ellos a la catalogación publicada. Más adelante, ya exhibido, nos visitaron representantes del área de Educación y Cultura, y por supuesto, inferimos que se realizaron distintas reuniones en su ámbito para definir qué obras eran de interés para acrecentar el patrimonio público. En ese proceso, la casa de subastas local fue previamente anoticiada de la decisión de participar en la subasta -sin advertir sobre los ítems de su interés- y un funcionario de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación se apersonó en la sala al momento del remate. Realizada la puja de cada uno de esos lotes e indicado el eventual ganador y el monto alcanzado, este agente público ejerció el derecho de adquisición a viva voz y la boleta de compra pasó a manos del Estado. Así sucedió también con el Diario de Campaña de 1826/1827. Días más tarde le agradecimos a la doctora Ana Frega, comunicando esta adquisición; su respuesta se inscribe en ese camino virtuoso: «Me alegra que todo haya salido bien y, también, que parte de lo subastado pase a repositorios públicos uruguayos».
Como imaginarán, ya estamos trabajando para la próxima cita en Uruguay; más del 75% del catálogo ha conseguido un nuevo destino y ahora mismo avanzamos con una nueva selección de obras. Desde Hilario queremos agradecer al pueblo y las autoridades uruguayas que tan bien nos han recibido. ¡Gracias!