La colección de soldaditos planos de estaño [tamaño de Núremberg] del Dr. José Mayoral Herrero

Diorama batalla de Kolin [18 de julio de 1757]. Zinnfiguren Weltmuseum.


Diorama de la batalla de Kunersdorf, en 1758.


Fotografía tomada en 1981 en el Círculo Militar. Los especialistas en uniformología del Club del Soldado de Plomo. De izq. a der.: Luis F. Bracht Costa, José Mayoral Herrero, Alfredo G. Villegas, Guillermo Palombo, Mario Chaves y el coronel Luis Leoni Houssay, director de la «Revista Militar».


Guillermo Palombo

 

Miembro Emérito del Instituto Argentino de Historia Militar, integrante del Grupo de Trabajo de Historia Militar de la Academia Nacional de la Historia, Académico Correspondiente de la Academia Sanmartiniana y del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, ex presidente del Instituto de Estudios Iberoamericanos.

 

Su producción impresa sobre diversas disciplinas (libros, folletos, capítulos en obras colectivas, artículos en revistas especializadas y diarios) supera los 300 títulos. Acaba de presentar Uniformes del Ejército Argentino (Lilium Ediciones, Buenos Aires, 2023), un estudio de consulta ineludible sobre el tema.


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Por Guillermo Palombo *

El hombre

 

Hijo del matrimonio formado por el médico valenciano Pedro Mayoral Carpintero, desde 1922 catedrático de Microbiología, Anatomía Patológica y Farmacología Odontológica de la Facultad de Medicina de Madrid, hasta 1936, y de Virginia Herrero Morines, José Mayoral Herrero nació en Madrid el 29 de mayo de 1907. 

 

Obtuvo en 1929 el título de Licenciado en Medicina, en la Facultad respectiva de la Universidad Central de Madrid, en 1931 recibió el título de odontólogo y leyó su tesis doctoral en Medicina sobre el prognatismo inferior [deformación del maxilar inferior] en los Austrias [1], y en 1933 leyó su tesis doctoral en Odontología sobre el prognatismo en los Borbones [2].

 

Como sucedió en muchas familias españolas, la Guerra Civil también dividió a los Mayoral. Por una parte, en 1937, huyendo de la contienda, José emigró a Colombia y ese mismo año lo hicieron su madre y sus hermanos Pedro, Guillermo, Carmen y Virginia. En cambio, su padre, militante socialista, al estallar la guerra en 1936, con sus dos hijos mayores alistados en el ejército de la República, regresó a Valencia donde fue nombrado Mayor Médico y destinado al hospital de Burriana, en Castellón de la Plana, especializado en la atención de los heridos de guerra con afecciones maxilofaciales. Con el triunfo del franquismo en 1939, el 6 de febrero cruzó la frontera francesa acompañando a sus heridos. Asegurándose de que quedaban bien atendidos en un hospital sueco de la Cruz Roja, partió en febrero de 1939 desde Le Havre para el exilio en Colombia, donde no pudo revalidar su título, pero alcanzó altísima autoridad científica en su especialidad y falleció en 1942.

 

José, por su parte, incursionó en la Ortodoncia, tanto en el ejercicio particular como a través de los trabajos científicos que publicó en la Revista Odontológica Colombiana, obtuvo la Cátedra de Ortodoncia en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional [Bogotá] y la ejerció hasta 1955 en que abandonó el país También fue el fundador de la Sociedad Colombiana de Ortodoncia, una de las más antiguas sociedades científicas de Hispanoamérica y en 1945 fundó la revista de esta asociación. En noviembre de 1946, por la relevancia de su labor, el Ministerio de Educación lo designó representante oficial de la Sociedad Colombiana de Ortodoncia al Congreso de la New York Society of Orthodontist. En 1951 por su dedicación y esfuerzos fundó y gestó la Facultad de Ortodoncia de la Universidad Javeriana de Colombia, y fue uno de los creadores de su plan de estudios, integró la primera directiva de la facultad y fue titular de Ortodoncia a partir de ese momento y hasta 1955, año en que se trasladó a Buenos Aires.

 

Sus aportes a la Odontología y en particular, a la Ortodoncia en Latinoamérica, han quedado recogidos en los distintos trabajos, libros, premios, distinciones y reconocimientos que le fueron otorgados. En 1946 fue designado miembro honorario de la Sociedad Peruana de Ortodoncia y de la Asociación Mexicana de Ortodoncia, y en 1951 lo hizo su miembro la Sociedad de Ortodoncia de Chile. Tanto José como sus hermanos Guillermo y Pedro colaboraron en el Boletín de Odontología, la Revista de la Federación de Odontología Colombiana, la Revista de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional y la Revista de la Sociedad Colombiana de Ortodoncia. Los hermanos Mayoral desempeñaron un papel crucial para la odontología colombiana a lo largo de varias décadas.

 

En 1955, José se radicó en Buenos Aires, donde ejerció la profesión en su consultorio privado. Fue Director de Ortodoncia, Revista de la Sociedad Argentina de Ortodoncia. Dirigió cursos de posgrado en dicha sociedad, en la Asociación Odontológica Argentina y en el Círculo Argentino de Odontología. Finalizó su actividad profesional en 1990.

 

Con sus hermanos hizo que la técnica de alambres ligeros fuera mundialmente reconocida y aceptada. Fue autor de varios libros fundamentales para el estudio de esta especialidad, entre ellos: con su hermano Guillermo, Ortodoncia: principios fundamentales y prácticos, [3ª. edición, Barcelona, 1977, 588 p, ilus], traducido al portugués. Coautor con sus hermanos de Técnica ortodóncica con fuerzas ligeras [1976] y Técnicas ortodóncicas. Fundamentos biológicos y mecánicos [1987]. Y recuerdo haberme mostrado un ejemplar en inglés de una obra que era texto en universidades norteamericanas.

 

Casado y con una hija, falleció en 1999.

 

El coleccionista

 

La producción en masa de figuras planas [producto de una aleación de estaño, plomo y antimonio], como juguetes comenzó en el siglo XVIII. En Alemania, la «ciudad del juguete» de Núremberg y la vecina Fürth fueron inicialmente los centros de producción. Desde mediados del siglo XVIII, el taller de la familia Hilpert produjo figuras de alta calidad, entre las que se encontraban soldados y series de animales. En 1839 Ernst Heinrichsen fundó en Núremberg una empresa que se convirtió en la mayor fábrica de figuras del mundo, e introdujo el «tamaño estándar», llamado tamaño de Núremberg, de 28 a 30 milímetros. Otra notable casa comercial de producción de figuras fue la fundada en 1929, en Viena, por Eduard Ferdinand Scheibert [1882-1930], cuya actividad fue continuada por Hedwig Scheibert.

 

En su departamento de Av. Santa Fe 2879, casi Agüero, José Mayoral Herrero poseía una colección de 15.000 figurinas planas de 30 mm., pintadas con los uniformes correspondientes. La naturalidad de las posiciones de la infantería [en fuego, combatiendo, atacando, en reserva, en marcha], de la caballería [a la carga, al galope, al trote, al paso, en reserva], y de la artillería [en fuego, en marcha, en reserva] permiten realizar formaciones, reproducir famosas batallas o fragmentos de ellas, realizar dioramas y practicar el «Kriegspiel» o Juego de Guerra [3].

 

Esto se completaba con una interesante biblioteca que contenía obras clásicas  sobre la historia militar española, como los tres grandes volúmenes de la Historia del  Ejército Español, de Francisco Barado, y de uniformología, destacando la  colección de 1068 láminas de uniformes militares en 18 volúmenes de la Grosse Uniformenkunde del profesor Richard Knötel, y las de Brauer y Knötel, Heer und Tradition, como la colección de la revista La Sabretache, de los Collectionneurs de Figurines Historiques, de París, sociedad a la que pertenecía desde 1947. Y todavía a su alta edad se interesaba por el descubrimiento del ejército chino de 7000 soldados tamaño natural de terracota que custodian la tumba de Qin Shi Wangdi, el primer Emperador de China, que gobernó entre 211 y 207 a. C. [4].


Sus representaciones de batallas

 

Sobre una mesa, Mayoral representaba con sus figuras famosas batallas: la de la Bicoca, el 27 de abril de 1522, donde las tropas de Carlos V derrotaron a las de Francisco II de Francia, en la cual los cuadros suizos y franceses eran solamente de 80 figuras cada uno y los ataques de flanco de lansquenetes y arcabuceros de 20 o 40 figuras. Personalmente, según mi registro, asistí a las siguientes representaciones de batallas: el  6 de septiembre de 1980 la de Tannenberg, en la Primera Guerra Mundial; el 12 de diciembre de 1981 la de Villaviciosa; el 11 de diciembre de 1982 la de Nordlingen; el 8 de octubre de 1983 la de Noyon [agosto de 1918];  en junio de 1984 el sitio de Ostende, de 1601-1604; el 9 de agosto de 1986 el primer sitio de Viena por los turcos, en 1529;  el 4 de julio de 1987 la de Chotusitz, de mayo 1742 entre Prusia y Austria, durante la 1ª guerra de Silesia; y el 11 de junio de 1988 el sitio y ataque a la plaza fuerte de Kovno, en 1915.

 

Dioramas en Museos europeos

 

Las figuras o figurinas son, sobre todo, objetos de colección y cobran vida cuando se las utiliza para crear dioramas en museos y exposiciones recobrando el pasado.

 

Alemania y Austria son la patria del diorama militar.

 

El Torhaus Dölitz Zinnfigurenmuseum, en Leipzig [Helenenstraße 24], tiene 100.000 figuras; 12.000 de ellas pertenecen al diorama que representa la batalla de Leipzig [1813]. El Zinnfigurenwelt, en Kulmbach-Plassemburg [Baviera], fundado en 1929, poseía más de 100.000 figuras repartidas en 50 dioramas, fue saqueado y destruido completamente en 1945 y reabierto en 1953, cuenta con más de 300.000 figuras individuales en 150 dioramas. Más de 19.500 de ellas están expuestas en el diorama que muestra los acontecimientos del Día de San Conradi [Conraditag], 26 de noviembre de 1533, cuando después de un largo asedio por parte de las tropas de la ciudad imperial de Núremberg, en alianza con los obispados de Bamberg y Würzburg, conquistaron la ciudad de Kulmbach y la destruyeron casi por completo. Kulmbach celebra una feria anual de figuras y miniaturas militares que es probablemente la más importante del mundo. 


El castillo de Pottenbrunn, del siglo XVI alojó desde 1970, en sus diversas galerías y torreones, cerca de 40 dioramas que cubrían toda la historia de Austria, cuya gran mayoría incluían grandes concentraciones de soldados, como los de la batalla de Lützen [7.120 figuras], Belgrado [4.330] y el sitio de Viena por los turcos [alrededor de 4.000 con 60 cañones] o la batalla de Kolin [1757]. 


Imagen con otro detalle del Diorama de la batalla de Kolin [18 de julio de 1757]. Zinnfiguren Weltmuseum. 


Este Museo cerró hace muchos años, pero sus fondos fueron transferidos al Zinnfigurenwelt de Katzelsdorf [Hauptstrasse 69], en la Baja Austria, en dependencias de un castillo que durante la Segunda Guerra Mundial fue hospital de caballos de las tropas alemanas del Frente Oriental,y, desde 2004 el público puede apreciar sus 400.000 figuras en 700 metros cuadrados distribuidos en dos  plantas con dioramas comoel de 20 metros cuadrados sobre El asedio de Viena por los otomanos en 1683, con alrededor de 4.000 figuras de las oficinas de Ochel, Scheibert, Neckel, Fohler y otros; el titulado El cruce del Danubio del príncipe Eugenio en Belgrado en 1717 realizado por Wolfgang Frühwirt, Josef Steurer, Norbert Hahn y Ernst Plhak, préstamo de las Colecciones Estatales de Baja Austria; y el que representa la batalla de Kolin o Kolín, que tuvo lugar a 55 km al este de Praga el 18 de junio 1757, durante la Guerra de los Siete Años, cuando un ejército de 54.000 austríacos al mando del conde Joseph von Daun venció al ejército prusiano de Federico el Grande de 34.000 efectivos.

 

Y en Francia, por su parte, destaca el Musée de la Figurine Historique de Compiègne [28 Place de l´Hôtel de ville], actualmente cerrado por reestructuración, pero cuyas puertas reabrirá en 2026, que exhibe el extraordinario diorama de la batalla de Waterloo, de 25 metros cuadrados, que representa el 18 de junio de 1815 a las 16,30 hs. Fue obra de Charles Laurent que comenzó a prepararlo en 1905 y lo terminó en 1923, con 12.000 figuras planas, y reconstrucción del terreno basada en cartas del Estado Mayor belga.

 

Contribución del Dr. Mayoral Herrero a dos Dioramas existentes en Museos argentinos

 

Mucho más modesto, por cierto, que los europeos,  en el Museo del Regimiento de Granaderos a Caballo «General San Martín», Buenos Aires, se exhibe un diorama, de 1,70 m. de ancho por 1,70 m. de profundidad, inaugurado el 21 de octubre de 1971, cuando era jefe  del Regimiento el coronel Luis A. Leoni Houssay, que representa el combate de San Lorenzo, librado el 3 de febrero 1813. Con un grupo de amigos del Club del Soldado de Plomo, guiados por el Dr. Mayoral, lo visitamos el 25 de junio de 1980.

 

 Reproduce el momento en que una de las piezas de artillería de 4 libras desembarcada con la marinería realista al mando del capitán Juan Antonio de Zabala hace fuego de metralla que hiere en el pecho al caballo del coronel José de San Martín, quien aparece cargando al frente de sus Granaderos. La representación está hecha a efectivos reales: 120 granaderos y 250 hombres de desembarco, cifras mencionadas por San Martín en su parte de la acción. Eran en realidad 132 Granaderos, de los cuales doce, armados con carabinas, quedaron guardando las puertas del convento, que para la fecha del combate estaba en construcción, por lo que no figuran en el diorama, ya que solo fue posible reproducir una parte del edificio. Aparecen los Granaderos divididos en dos grupos. El primero, con 60 hombres al mando de San Martín, a cuya izquierda está su ayudante Hipólito Bouchard y a su derecha un trompeta de órdenes carga de frente a las tropas desembarcadas. El otro medio escuadrón, también de 60 hombres, al mando del capitán Justo Bermúdez, sale por el lado opuesto del convento cargando de flanco a la línea española.

 

Para el diorama se utilizaron figuras de estaño, planas, de 30 mm. de alto, tamaño de Núremberg, adquiridas en Alemania por el Dr José Mayoral Herrero. Los Chevaux-Legers de Nápoles, de la época napoleónica ―fabricados y vendidos por la casa Aloys Ochel de Kiel― permitieron reproducir el uniforme de Granaderos a Caballo a la carga.  Para representar las tropas de desembarco realistas, formadas en cuadro, se usaron figuras correspondientes a infantería de la República Francesa e infantería y artillería prusianas de 1806, de la casa Neckel de Stuttgart.  El eximio dibujante e ilustrador José Luis Salinas [1908-1985] pintó las figuras de San Martín y del jefe realista ―capitán Zabala―, la bandera de las milicias de Montevideo y el fondo y los laterales del diorama; Mayoral Herrero a los oficiales argentinos y españoles, y un grupo de soldados del Regimiento a la tropa de ambos bandos [5].

 

Una década después, de abril a noviembre de 1981, con motivo de celebrarse el centenario del Círculo Militar Argentino, se realizó una exposición en el reabierto al público Museo de Armas de la Nación. Se encargó al Dr. Mayoral Herrero la construcción de un diorama sobre el combate de Arjonilla [España] en el cual el capitán José San Martín, agregado al Regimiento de Caballería de línea de Borbón n° 5, jefe de la vanguardia de la división volante, combatió al frente de su fuerza el 23 de junio de 1808 contra un grupo de caballería francesa. Participó en el trabajo el profesor Ricardo Longo, quien pintó el paisaje y colaboró en la pintura de las miniaturas. El diorama, de 0,90 m. de ancho y 0, 33 m. de profundidad está realizado a efectivos reales: 21 soldados españoles de Caballeria [Cazadores a Caballo de Olivencia y de Caballería de línea de Borbón] y 50 Dragones franceses.

 

Se usaron figuras planas de 30 mm. [tamaño de Nüremberg] de la casa A. Ochel, de Kiel, excepto la que representa a San Martín, que es de la casa Scheibert de Viena, pintadas de acuerdo con los uniformes de las unidades militares mencionadas y adquiridas por Mayoral Herrero en esas casas comerciales, de las que era cliente habitual [6].

 

El Kriegspiel

 

Durante años,  los sábados por la tarde en su departamento, primero con José Luis Salinas, su admirado amigo [7], a quien se sumaron Alfredo G. Villegas y Luis F. Bracht,  Mayoral Herrero comenzó a practicar el juego de guerra [Kriegspiel o War game] con figurinas planas, para lo cual contaba con unos reglamentos que había confeccionado con su hermano Juan, que después amplió en su correspondencia con M. Pierre Fauré, director del Juego de Guerra de París, que posteriormente publicó un folleto sobre el asunto [8] con lo que pudieron ampliar y mejorar las reglas que tenían [9].

 

Preferían el siglo XVIII y las guerras napoleónicas, es decir el período que va desde la desaparición de la pica hasta la aparición de las armas de largo alcance, porque permitía el combate a corta distancia, existiendo un equilibrio entre las tres armas [infantería, caballería y artillería], y en algún caso el frente ruso en la primera Guerra Mundial que, por ser más extenso, tenía una mayor movilidad.

 

Villegas falleció en 1984, Salinas en 1985, Bracht en 1988 y Mayoral Herrero en 1999. Hoy, todos ellos figuran en el Olimpo de la uniformología, el coleccionismo de figuras y el kriegspiel.

 

Notas:

[1] José Mayoral Herrero, «El prognatismo inferior de los reyes españoles de la Casa de Austria», en Odontología clínica. Órgano oficial de la Federación Odontológica Española, año 5, febrero-marzo 1931.

[2] José Mayoral Herrero, El prognatismo inferior en los Borbones de España. Trabajo del Laboratorio de Microbiología, Anatomía Patológica y Farmacología odontológica de la Facultad de Medicina de Madrid, presentado para el ejercicio de Reválida de Doctor en Medicina, por el Auxiliar de dicha asignatura José Mayoral y Herrero, Doctor en Medicina y Odontología. Publicado en Odontología Clínica, en los números de Junio, Julio, Agosto y Septiembre de 1933, Madrid, J. Sánchez de Ocaña; 26 p.+ 69 figuras.

[3] José Mayoral Herrero, «Miniaturas militares», en Revista Militar, núm. 703, Buenos Aires, Círculo Militar, enero-marzo 1981, pp. 73-76.

[4] José Mayoral Herrero, «Un ejército chino de la edad de Bronce»,  en Revista Militar núm. 704, Buenos Aires, Círculo Militar, abril-junio de 1981, pp. [66]-71.

[5] José Mayoral Herrero, «Diorama del combate de San Lorenzo», en Boletín del Club del Soldado de Plomo, año 6, núm. 6, Buenos Aires, 29 de noviembre de 1980, pp. 2-4 con tres fotografías en blanco y negro.

[6] José Mayoral Herrero, «Diorama del Combate de Arjonilla», en Servicio Histórico Militar, Revista de Historia Militar, año XXVII, núm. 55, [Madrid], 1983, p. [147]-149. La foto del diorama en p. [148]. Reproducido en el Boletín del Club del Soldado de Plomo, año 11, núm. 11, 2ª sección, Buenos Aires, 30 de noviembre de 1985, pp. 1-3.

[7] José Mayoral Herrero, «Tres dibujos inéditos de José Luis Salinas», en Boletín del Club del Soldado de Plomo, año 11, núm. 11, 2ª sección, Buenos Aires, 30 de noviembre de 1985, p. 5-7.

[8] Le Kriegspiel. Règlement d´un groupement de la Societé de Collectionneurs de figurines historiques, Paris, 1964; 27 p., fig., tabl.; 27 cm.

[9] Cfr. «Reglas para un juego de guerra [siglo XVIII y época napoleónica]» por José Mayoral Herrero, con la colaboración de Luis Bracht, José Luis Salinas y Alfredo Villegas, en Boletín del Club del Soldado de Plomo, año 11, núm. 11, Buenos Aires,30 de noviembre de 1985, 1ª. sección, p. 14-18.




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